El diario de una condesa
‘¿Por qué no podemos ser libres de elegir a quién amamos?
Me enamoré de Benjamín hace unos años, ni si quiera recuerdo como ocurrió.
Benjamín era un hombre apuesto, no muy alto, fuerte y de tez morena a causa de su trabajo en el campo, de pelo negro y ojos color miel. Era jardinero y fiel trabajador, hacía ya muchos años, de la villa donde mi familia y yo vivíamos.
Mantuve en secreto este amor que sentía. Un amor que sabía, con toda seguridad, que sería intolerable y una deshonra para los ojos de mi familia.
Pero, ¿Qué podía hacer? En el corazón nadie gobierna, no eliges de la persona de la que te vas a enamorar, meramente sucede y, lo que más se desea es, que sea correspondido y que tu familia apoye tu bien querencia por la persona que tu corazón escogió para amar.'
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