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   ¿Cómo ser capaz de acostumbrarme a la falta de un ser querido? Si lo único que cambia en ese tiempo es el dolor que va creciendo dentro de mi.

    La luna es la exclusiva confidente de mis desvelos, caja bajo llave que guarda el secreto de mis lamentos, barca que navega bajo mi mar de lágrimas sin consuelo, corazón malherido que esconde su recuerdo.

   Disfrazar mi afliccion con una sonrisa me ahoga. No sentir su mano, sentirme sola. ¿Cómo continuar? Si mi único salvavidas es una escalera al cielo. Romper el silencio sin gritos para decirle lo mucho que le quiero. 

   Su mano en mi mejilla, lograba parar el tiempo. Desde que se marchó jugó con el reloj, dejó congeladas sus agujas, las mías, porque los momentos seguían pasando, con todas sus horas, con todos sus meses, hasta casi alcanzar el año. 

   Y así acabé yo, por tiempo pasado, un latido menos sufría mi corazón. 


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